Obesidad sarcopénica: cuando hay mucha grasa y poco músculo
Conoce los riesgos de que coexistan un exceso de peso y la sarcopenia, y cómo prevenirlo
¿Es posible tener exceso de grasa y poco músculo al mismo tiempo? Esa combinación existe y se llama obesidad sarcopénica, una condición muy frecuente que puede afectar al metabolismo y a la autonomía e incrementar el riesgo de desarrollar otras enfermedades.
La doctora Susana Monereo Megías, jefa del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Ruber Internacional
, advierte: "La obesidad sarcopénica es la unión de dos problemas de salud que, juntos, empeoran el pronóstico de las enfermedades asociadas. Los pacientes no solo tienen más riesgo de diabetes y deterioro cognitivo, sino también mayores complicaciones como el cáncer o un peor estado físico general".
En este artículo te damos las claves para entender qué es la obesidad sarcopénica, sus consecuencias y la importancia de detectarla lo antes posible.
En qué consiste la obesidad sarcopénica
Esta condición junta dos realidades distintas: la obesidad y la sarcopenia. En concreto, surge cuando el cuerpo acumula grasa y, al mismo tiempo, pierde músculo y fuerza. Ambas situaciones combinadas empeoran las consecuencias de cada una para la salud.

El resultado es un círculo vicioso: más grasa, menos fuerza y peor movilidad. Tal como explica la doctora: "A mayor peso, menos ejercicio se realiza porque cuesta más esfuerzo. Esa falta de actividad lleva a una pérdida de músculo, lo que reduce el gasto calórico y favorece un mayor aumento de peso".
Por qué es tan peligrosa la obesidad sarcopénica
Cuando obesidad y sarcopenia coinciden, sus efectos se potencian. Por un lado, la grasa que se acumula en la zona abdominal, la llamada grasa visceral, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2 o enfermedades cardiovasculares.
Además, el exceso de grasa corporal puede causar una inflamación crónica al infiltrarse en los músculos, lo que repercute en su función y calidad.
Por otro lado, la pérdida de músculo y de fuerza repercute en la calidad de vida, ya que se pierde agilidad, equilibrio y capacidad para realizar tareas cotidianas. Esto conlleva un mayor riesgo de sufrir caídas o rotura de huesos.
La doctora añade que "la sarcopenia es una condición que compromete todo el sistema metabólico. El músculo es un tejido activo que regula el metabolismo, y su pérdida tiene un impacto mayor de lo que solemos imaginar".
Aunque se suele relacionar la obesidad sarcopénica con la edad o el envejecimiento, no es una enfermedad exclusiva de los mayores. En este sentido, la doctora afirma que también puede aparecer en personas jóvenes después de enfermedades graves, cirugías bariátricas o dietas extremas. "Es fundamental identificar esta condición a tiempo, porque las complicaciones que genera son mucho más difíciles de revertir en etapas avanzadas", indica.
Pruebas para diagnosticar la obesidad y la sarcopenia
Existen varias técnicas para detectar la obesidad y la sarcopenia:
- Índice de masa corporal (IMC). Un valor superior a 30 indica obesidad.
- Porcentaje de grasa corporal. Más del 30 % en mujeres y del 20 % en hombres es indicio de un exceso de grasa.
- Masa muscular. Se mide con bioimpedancia eléctrica, BIA, o la prueba de densitometría ósea, DEXA. La primera permite valorar la composición corporal, mientras que la segunda consigue analizar con rayos X el músculo, la grasa y el hueso de forma precisa. "Aunque el DEXA es más detallado, requiere más tiempo y equipamiento especializado", comenta la doctora.
- Fuerza. Se evalúa con un dinamómetro, una herramienta para medir la fuerza de agarre. Con menos de 16 kilogramos en mujeres, o 19 kilógramos en hombres, hay sospecha de sarcopenia.
- Funcionalidad: ¿Te puedes levantar cinco veces seguidas de una silla en 15 segundos o menos? Si tardas más, es un indicador de que has perdido funcionalidad.
Fases de la sarcopenia: cómo evoluciona
Se pueden distinguir varias etapas, empezando por la presarcopenia, cuando se disminuye la masa muscular, pero se mantienen la fuerza y la funcionalidad. El siguiente estadio se conoce como sarcopenia, en el que se presenta una pérdida de masa y fuerza muscular, así como ciertas limitaciones en actividades cotidianas.
Por último, la sarcopenia grave provoca una pérdida severa de músculo y de autonomía. Por eso, hay que insistir en que la detección precoz es fundamental para evitar complicaciones. "El momento ideal para intervenir es en las fases iniciales, cuando aún es posible revertir el problema con dieta y ejercicio. En la sarcopenia grave, la recuperación es mucho más difícil", afirma la doctora.

Tratamiento: recuperar músculo y reducir grasa
La obesidad sarcopénica exige un enfoque integral que combine nutrición, ejercicio y, en algunos casos, suplementación nutricional.
- Mayor consumo de proteínas de alto valor biológico. La dieta debe incluir entre 1 y 1,2 gramos por kilo de peso corporal cada día para recuperar la masa muscular. Pueden ser carnes magras, pescado, huevos o lácteos. La doctora recuerda la importancia de completar con vitamina D y omega-3 para reducir la inflamación y mejorar la función de los músculos.
- Entrenamiento de fuerza, usando bandas elásticas o pesas, o realizando ejercicios de resistencia. Es recomendable realizarlos durante media hora por lo menos dos días a la semana. Si además queremos favorecer la salud metabólica y cardiovascular, debemos incluir actividades aeróbicas moderadas como nadar, caminar o montar en bici.
- Suplementación nutricional, solo en ciertos casos y bajo recomendación médica. Los más utilizados en recuperación muscular son la creatina, las proteínas enriquecidas con leucina, un aminoácido que favorece la síntesis muscular, o el hidroxibutirato, que ayuda a absorber las proteínas en el músculo. Estos productos deben ser indicados por un profesional de la salud y acompañarse de una alimentación adecuada.
Preguntas frecuentes sobre obesidad sarcopénica
Esta enfermedad es muy poco conocida, aunque ocurre en más casos de los que se piensa.
¿La obesidad sarcopénica solo afecta a personas mayores?
No. También puede aparecer en personas jóvenes tras enfermedades graves, cirugías bariátricas o dietas muy restrictivas.
¿Cómo sé si tengo obesidad sarcopénica?
Debe valorarlo un especialista mediante pruebas de composición corporal, medición de fuerza y evaluación funcional.
¿Se puede tratar y evitar complicaciones más graves?
Sí, sobre todo en fases iniciales, con una alimentación rica en proteínas y un programa de ejercicio de fuerza regular.
¿Qué riesgos tiene no recibir tratamiento?
Aumenta el riesgo de diabetes, problemas cardiovasculares, fragilidad muscular y pérdida de autonomía.
¿A qué especialista acudir?
Lo ideal es consultar con especialistas en Endocrinología y Nutrición.
Las personas con obesidad sarcopénica pueden llegar a sentir una limitación en su día a día, caerse y sufrir más fracturas. Por esta razón, la detección temprana, así como establecer las terapias más adecuadas, son esenciales para evitar consecuencias más graves de esta enfermedad. "El tratamiento debe centrarse en mejorar simultáneamente la calidad del músculo y reducir el exceso de grasa, abordando ambas condiciones de manera coordinada", concluye la doctora.
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