El consumo de carne roja y carne procesada ha sido motivo de preocupación en los últimos años debido a su posible relación con un mayor riesgo de desarrollar cáncer. La investigación científica ha encontrado evidencias que asocian el consumo excesivo de estas proteínas animales con el cáncer colorrectal y otros tipos de tumores.

En este artículo analizamos la relación entre carnes rojas y cáncer, y qué advertencias debes tener en cuenta para un consumo saludable. ¡Veámoslo en detalle!

Carnes rojas, embutidos y cáncer: cuál es la evidencia

Un informe publicado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el CáncerEste enlace se abrirá en una ventana nueva (IARC) avisa de que existe una relación entre el consumo elevado de carne roja y un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon, páncreas o próstata. Como carnes rojas encontramos cerdo, res, ternera y cordero.

Carnes rojas, embutidos y cáncer, una relación a debateCarnes rojas, embutidos y cáncer, una relación a debate

También en esa misma publicación se advierte sobre el consumo excesivo de carne procesada, como embutidos, tocino, jamón, salami, salchichas o carne seca. En este sentido, la doctora María Luisa De Mingo Domínguez, jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario La LuzEste enlace se abrirá en una ventana nueva, señala que "parece que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada y la aparición de cáncer de colon y de estómago". Esto se debe a la presencia de nitrosaminas, sustancias que se encuentran en embutidos, ahumados y otros productos.

Por lo tanto, la recomendación general es no consumir carnes rojas y carnes procesadas en exceso. De hecho, no se aconsejan más de dos veces por semana.

No conviene olvidar otros factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar cánceres como la ingesta de alcohol o la obesidad. Respecto a las bebidas alcohólicas, la experta nos explica que se asocian a tumores en la boca, el esófago, la faringe, la laringe, el hígado, el colon, el recto o la mama. En el caso de la obesidad, se relaciona con cáncer de vesícula, mama o endometrio en las mujeres, y, en el caso de los varones, con tumores de colon, recto o próstata.

Consejos para disminuir el riesgo de cáncer

Aunque no existen alimentos que pueden curar el cáncer, sí pueden contribuir a su prevención. Concretamente, la dieta mediterránea ha demostrado ser una de las más beneficiosas para disminuir el riesgo de diversas enfermedades, incluido el cáncer, como la obesidad, la diabetes, los problemas cardiovasculares, la infertilidad o la sarcopenia, que provoca la pérdida de la masa muscular.

Si quieres incorporar esta alimentación saludable en tu día a día, sigue las pautas nutricionales más importantes:

  • Ingiere proteínas de manera equilibrada. Prioriza el consumo de pescado al de carne. Puedes incluir pescado 4 veces a la semana, y una de ellas que sea pescado azul. En cuanto a la carne roja, evita consumirla más de 2 veces por semana.
  • Consume frutas y verduras con frecuencia. Como mínimo se recomienda la ingesta de 3 piezas de fruta al día, una de ellas cítrica, y al menos 2 raciones de verduras, una de ellas cruda.
  • Consume más legumbres y frutos secos. Incluye legumbres 2-4 veces por semana y un puñado de frutos secos, 3 nueces o 10 almendras, como mínimo 3 veces a la semana.
  • Aporta grasas saludables. Es preferible que utilices aceite de oliva y evites grasas trans o saturadas como aceite de palma o coco.
  • Añade lácteos a diario. Consume 2 raciones al día.
  • Modera los productos ultraprocesados. Es preferible que evites los fritos y la bollería industrial.

Por lo tanto, no se trata de eliminar completamente el consumo de carne roja y procesada, sino de reducirlo y optar por una dieta equilibrada que priorice alimentos frescos y naturales. La dieta mediterránea es una excelente alternativa para reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer.

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