¿Cuándo aplicar frío o calor a una zona dolorida?
Ante lesiones, contusiones o dolor, ¡no dudes sobre la mejor forma de actuar!
Frío o calor, ¿cuándo debes usar cada uno? Esta duda nos asalta frecuentemente y a menudo no sabemos cómo actuar cuando nos golpeamos una rodilla o tenemos un fuerte dolor de espalda.
Para aclarar en qué ocasiones conviene aplicar cada uno de ellos, y cómo hacerlo, hemos consultado a Yolanda Peral, directora de Enfermería del Hospital Quirónsalud Valle del Henares y una de los autores del Protocolo del Manejo del Dolor, realizado por especialistas del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid
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¿Qué efectos produce el frío y para qué sirve?
El frío contribuye a disminuir la inflamación y a calmar el dolor gracias a su capacidad antiinflamatoria. Por tanto, está indicado para:
- Reducir la inflamación debida a un traumatismo o contusiones como un esguince de tobillo
- En caso de sufrir una cefalea
- Prevenir la aparición de hematomas
¿Cómo debemos aplicar el frío correctamente?
Se puede administrar de forma húmeda, con compresas, o en seco, a través de bolsas de hielo.
En cualquier caso, es aconsejable observar el estado de la piel antes de la administración de hielo y, si decidimos utilizar frío seco, nunca hacerlo directamente sobre la piel.
El modo de administración debe ser en periodos alternos de entre 15 y 20 minutos durante alrededor de dos horas.

Una vez que se haya administrado frío es aconsejable secar la piel adecuadamente, sin frotar.
Contraindicaciones del frío
Hay que tener especial cuidado en no administrar frío a personas con problemas de circulación porque estos se agravarían, ni tampoco aplicarlo sobre heridas en proceso de cura.
¿Cuándo es mejor usar calor para calmar el dolor?
El calor, por su parte, contribuye a aliviar el dolor y los espasmos musculares. Está indicado en los siguientes casos:
- Tratar el dolor de las inflamaciones no traumáticas de las articulaciones
- Acelerar el drenaje de procesos infecciosos y de abscesos
- Relajar la musculatura contraída
¿Cómo debe administrarse el calor para calmar el dolor?
Como el frío, se puede administrar de forma húmeda (con compresas o a través de un baño) o de forma seca (con bolsas de agua caliente o los clásicos sacos de semillas).
Como en el caso del frío, el modo de administración del calor es durante periodos alternos de entre 15 y 20 minutos a lo largo de unas dos horas.
Contraindicaciones del calor
Está contraindicado utilizar calor en cualquier herida que sangre durante las primeras 24 horas tras producirse una herida, ya que esto aumentaría el flujo sanguíneo y favorecería el sangrado. También en prominencias óseas porque son zonas de sensibilidad reducida y podría provocar la formación de lesiones cutáneas.
Errores comunes al aplicar frío y calor
Aplicar frío o calor de forma incorrecta puede empeorar la lesión en lugar de aliviarla. Estos son algunos errores frecuentes que debes evitar:
- Aplicar hielo directamente sobre la piel.
- Dejar el frío o el calor por demasiado tiempo. No se recomienda aplicarlo durante más de 20 minutos seguidos.
- No revisar la piel antes y después de la aplicación.
- Usar calor en heridas abiertas o sangrantes. Puede aumentar el sangrado.
- Aplicar frío en personas con mala circulación. Puede agravar problemas circulatorios, como en el caso de personas con diabetes o enfermedades vasculares.

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