Existen tantas versiones sobre cuándo se puede dar el famoso corte de digestión, la gravedad que puede tener, el tiempo que hay que esperar para poder bañarse después de comer, si solo se da con agua fría, o si te metes de golpe… que al final pocas personas tienen claro el riesgo real de sufrir una hidrocución, que es lo que comúnmente llamamos corte de digestión.

En este artículo te explicamos las causas de este accidente tan común en verano, su relación con la ingesta de comida, y las medidas para prevenirlo.

¿Qué es un corte de digestión?

Empezaremos por comprender qué es exactamente lo que ocurre en nuestro cuerpo cuando se produce este "corte".

Cuando la comida llega al estómago y comienza el mecanismo de digestión, la mayor parte de la sangre se concentra en esa zona para facilitar el trabajo al organismo, por lo que el flujo sanguíneo es menor en el resto del cuerpo.

Si en el transcurso del proceso entramos en contacto con agua muy fría, y el contraste de temperaturas es fuerte, la sangre tiene que repartirse para contrarrestar la pérdida de calor. La consecuente bajada de concentración sanguínea en el área digestiva es la causante de síntomas como náuseas y vómitos, que son resultado de la parada que sufre el proceso de asimilación de alimentos, y que precisamente por eso llamamos "corte de digestión".

La doctora Adelaida Sánchez Bacallao, jefe de Pediatría y sus Áreas específicas del Hospital Quirónsalud MarbellaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, añade que "se produce como consecuencia de un cambio brusco de temperatura al entrar de manera precipitada en agua fría; esos grados de diferencia provocan una reacción de los vasos sanguíneos (se estrechan) y, por tanto, fluye menos sangre al cerebro lo que puede originar un desmayo".

Hidrocución por contraste de temperaturas

Cualquier choque térmico que se produzca durante la digestión va a provocar un corte, por el mero hecho de hacer necesario que la sangre acuda a templar las zonas del cuerpo más faltas de riego durante ese proceso.

Pero, como es natural, cuanto mayor sea la diferencia de temperaturas que tenga que compensar la sangre y más brusco sea este contraste, más drástica será la reacción. Por tanto, nunca va a ser lo mismo bañarse en agua muy fría que, por ejemplo, meterse en la bañera o en aguas templadas. Al igual que la reacción del cuerpo no va a ser igual si hemos estado al sol, calentándonos durante horas, que, si venimos de la sombra, con una temperatura corporal más baja.

En definitiva, la hidrocución se asocia a cualquier situación en la que se origina un cambio brusco de temperatura, y no solamente a la digestión. Acerca de esto, la doctora alerta de que "la mayor incidencia de casos se produce en personas que se bañan tras haber realizado ejercicio físico o haber tomado el sol durante un tiempo prolongado".

Mujer entrando en el marMujer entrando en el mar

Otros factores que provocan un corte de digestión

Aunque es habitual pensar que este problema solo puede ocurrir después de comer, lo cierto es que cualquier circunstancia que obligue a la sangre a abandonar la zona del estómago durante ese proceso, provoca el corte.

Un buen ejemplo es practicar un deporte fuerte con el estómago lleno, ya que los músculos ejercitados necesitan un mayor aporte de oxígeno y requieren que la sangre se encargue de aportarlo. Por tanto, el resultado vuelve a ser que el aparato digestivo se queda sin la cantidad necesaria para finalizar el proceso, y se produce un corte.

Cómo evitar el corte de digestión

Lo mejor es entrar poco a poco al agua, y no de golpe, refrescando la piel conforme vamos metiéndonos en la piscina o en el mar. De esta manera, evitamos que se origine un contraste de temperaturas muy fuerte. Hay que poner especial atención a los niños, que pueden saltarse estas precauciones generales.

También es importante distinguir entre una comida normal y otra con abundantes grasas y azúcares, que son más lentas de digerir y, por tanto, concentran la sangre en esa zona durante más tiempo. Por tanto, conviene no realizar comidas copiosas antes de los baños.

Teniendo en cuenta que la digestión es un proceso que necesita gran cantidad de sangre en el estómago, la pediatra pide aplicar el sentido común: "si se ha comido ligero, basta con ir aclimatando el cuerpo al agua e introducirnos de manera escalonada en la playa o piscina. Pero si la comida ha sido muy copiosa, conviene esperar antes de meterse en el agua".

Por último, es fundamental reconocer los síntomas del corte de digestión y actuar lo antes posible. La persona suele tener escalofríos, náuseas, vómitos, mareos, visión nublada y palidez. "Es importante auxiliar a la persona procurándole calor para que recupere temperatura. Normalmente se recupera al cabo de una o dos horas, pero es conveniente acudir a un médico", aclara la experta.

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