El descanso es fundamental para sentirnos llenos de energía al día siguiente. Es una necesidad biológica que también ayuda a cuidar el corazón y el cerebro. Diversos estudios han observado una relación directa entre una mala calidad del sueño y el riesgo de sufrir un ictus, uno de los problemas más graves de salud en la población adulta.

El ictus o accidente cerebrovascular se produce cuando el flujo sanguíneo hacia el cerebro se interrumpe, provocando daños en las neuronas. Cuando ocurre, el tiempo de respuesta es vital. Cada año, afecta a entre 2 y 18 de cada 1.000 habitantes, con la posibilidad de repetirse en el 13% de los casos durante el primer año.

En este artículo analizamos lo que dice la ciencia sobre la relación entre el descanso y el ictus.

Trastornos del sueño e ictus: una relación bidireccional

Durante años se pensó que los factores de riesgo del ictus eran casi siempre los mismos: la hipertensión, la diabetes, la edad o el tabaquismo. Sin embargo, hoy sabemos que los trastornos del sueño también influyen, tanto en la aparición del ictus como en la recuperación posterior.

Entre un 20 % y un 60 % de los pacientes que sufren un ictus presentan alguna alteración del sueño previa. Además, la relación es bidireccional, ya que ciertos trastornos del descanso pueden aumentar el riesgo de ictus, y, por su parte, sufrir un ictus puede empeorar la calidad del sueño.

Un ejemplo claro son los trastornos respiratorios del sueño, como la apnea obstructiva, que provoca pausas en la respiración durante la noche. Este trastorno es uno de los más estrechamente vinculados al riesgo de ictus y, a su vez, puede agravarse tras este accidente cerebrovascular. La razón es que la faringe puede quedar debilitada, lo que facilita el colapso de la vía aérea superior durante el sueño.

La doctora Irene Rubio Bollinger, responsable de la Unidad del sueño y especialista en Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud SurEste enlace se abrirá en una ventana nueva, subraya que "es muy recomendable que los pacientes que han sufrido un ictus se sometan a una evaluación para descartar una posible apnea del sueño u otros trastornos del descanso".

Principales factores de riesgo del ictus

Alrededor del 50 % de los casos de ictus están asociados a factores ya conocidos:

A ellos se suman ahora nuevos factores de riesgo que antes se pasaban por alto: infecciones, marcadores inflamatorios y determinados trastornos del sueño, entre los que destaca la apnea.

Relación entre los trastornos del sueño y el ictusRelación entre los trastornos del sueño y el ictus

Qué trastornos del sueño aumentan el riesgo

Entre los problemas para dormir que más se asocian a esta enfermedad se encuentran:

  • Apnea obstructiva del sueño. Provoca pausas en la respiración mientras la persona está durmiendo, lo que puede afectar a órganos vitales. Es el trastorno con mayor vínculo con el ictus.
  • Insomnio. Se manifiesta como una incapacidad de conciliar el sueño o de mantenerlo.
  • Hipersomnia. Causa un exceso de sueño a lo largo del día, lo que provoca irritabilidad, torpeza y episodios de amnesia.
  • Parasomnias o movimientos periódicos de las piernas. Alteran la estructura del sueño e impiden disfrutar de un descanso reparador.
  • Trastornos del ritmo circadiano. Desajustes entre el llamado "reloj interno" y el entorno, que alteran el sueño.

La doctora explica que "estos trastornos del sueño producen una alteración de la arquitectura del sueño y, por lo tanto, merman la función del sueño de proteger, reparar y sintetizar nuevas sustancias neuro-protectoras".

Qué ocurre con el descanso después de un ictus

Tras un ictus, los trastornos del sueño pueden empeorar. La debilidad muscular que afecta a la garganta y a la vía aérea superior puede favorecer la apnea. Por eso, la doctora apunta que es conveniente evaluar posibles trastornos del sueño en los pacientes que han sufrido un ataque cerebrovascular.

Por otro lado, en caso de presentar insomnio persistente, ronquidos intensos, somnolencia diurna o cansancio continuo, es conveniente consultar con especialistas de la Unidad del Sueño para valorar las posibles causas. "Debemos realizar una historia clínica detallada de aquellos pacientes que tengan trastornos del sueño que puedan influir en el desarrollo de problemas cardiovasculares", indica la experta.

Dudas comunes sobre el ictus y el sueño reparador

El ictus es una enfermedad neurológica a la que hay que prestar atención desde la prevención y la detección precoz.

¿Qué factores aumentan el riesgo de sufrir un ictus?

En la mitad de los casos tienen una importante presencia los siguientes factores de riesgo como la fibrilación auricular, la edad avanzada, la hipertensión, la cardiopatía, la diabetes, la hipercolesterolemia o el consumo de bebidas alcohólicas o tabaco.

¿Qué debo hacer si duermo mal después de un ictus?

Lo más conveniente es acudir a especialistas para obtener el diagnóstico y tratamiento adecuados. De esta manera, se puede mejorar la calidad del sueño.

¿Qué señales deben hacerme acudir a un especialista?

Si sufres insomnio persistente, somnolencia diurna, pausas respiratorias durante el sueño, cansancio matutino o ronquidos intensos, es recomendable acudir a consulta médica para valorarlo.

¿Qué tipo de especialista trata estos casos?

Los especialistas en Neurología y Neurofisiología Clínica, o de la Unidad del sueño, pueden valorar y tratar los trastornos del sueño asociados al riesgo de ictus.

Este accidente cerebrovascular puede ser muy grave, y el tiempo de reacción es fundamental para prevenir consecuencias severas, por lo que hay que prestar atención a los primeros indicios: parálisis de la cara, dolor de cabeza, trastornos de la vista, falta de sensibilidad o dificultad para expresarse o mantener el equilibrio. Ante estas señales, ¡no dudes en actuar!

Orientador de salud personal

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