Polos y helados, no todo vale
Fríos y muy apetecibles, no son tan sanos como creemos ¡y no todos son iguales!
Es imposible no caer en la tentación. Hace un calor horrible, tienes sed y a tu alrededor solo ves carteles anunciando polos y helados con una pinta deliciosa… ¿Y no vas a comprar uno? Pues no deberías. O, al menos, no comprar esos que te atraen, ya que su contenido calórico es tan alto que, en ocasiones, con solo dos ya habrías cumplido con lo que deberías comer en todo el día… ¡Por no hablar de la cantidad de grasa que llevan!
Y es que no es lo mismo tomarte un polo de hielo, de sabores frutales, o incluso un helado cremoso casero, que los productos industriales que venden, cargados de adornos tan azucarados como, casi siempre, poco saludables
Tipos de polos y helados, ¿cuál es mejor?
En este sentido, hay que puntualizar que, si bien los polos tampoco son el alimento más sano de la dieta, al menos su contenido en agua es muy alto y puedes prepararlos en casa para asegurarte de que no llevan demasiado azúcar. Es la opción más saludable, y lo cierto es que calma momentáneamente la sed, aunque no sirve realmente como remedio para la hidratación debido a su riqueza en azúcares. Si te animas a hacerlos caseros, procura elegir frutas con alto contenido acuoso como la sandía o el melón: el resultado será delicioso y tu cuerpo te lo agradecerá.
En cuanto a los helados de crema, al estar elaborados a partir de leche, es necesario tener este dato en cuenta como posible alérgeno. Por otro lado, y como ocurre con todo, si su elaboración es casera (o al menos artesanal) resultarán mucho más saludables y podremos consumirlos con moderación, para darnos un gusto en verano. Solo tienes que tener cuidado de no añadir azúcar, o hacerlo con mucha moderación para convertir este "pecado" estival en un capricho que te puedes permitir.
Finalmente, los fabricados con grasa no láctea y de origen vegetal, suelen llevar consigo el problema de las grasas parcialmente hidrogenadas, que convierten al producto en perjudicial y, tomado con frecuencia, en factor para el aumento del colesterol malo.
3 ideas de helados y polos caseros
Elena de la Fuente Hidalgo, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud San José, nos ofrece unas refrescantes recetas caseras que hacen que comerse un helado deje de ser algo prohibido... ¡Aprovechémoslas!
1. Helado de leche y frutas
Se preparan únicamente con fruta y leche, triturando ambos ingredientes y rellenando moldes de polos. Déjalos en el congelador durante al menos dos horas antes de consumirlos.
2. Helado de yogur y fresas
El procedimiento es similar, pero en vez de rellenar los moldes, vierte la mezcla y triturada y homogénea en un cuenco y congélalo al menos dos horas. Ojo, ¡el yogur debe ser sin azúcar añadido!
3. Polos de naranja y cerezas
Una variante de los polos tradicionales, para darle un toque más original. Solo tendrás que obtener el zumo de las naranjas, mezclarlo con su pulpa y la carne de las cerezas deshuesadas y troceadas, y añadir agua. Después, rellena con esta mezcla los moldes de polo y mete en el congelador.
Para darle un toque más fresco, cuece el agua con unas hojas de menta, cuélala y deja que se enfríe antes de mezclar con el resto de los ingredientes. ¡Están buenísimos!
¿Quieres más ejemplos de helados y refrescos caseros para endulzarte el verano? Toma nota de todas las recetas caseras y sencilla.
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