Cómo cuidar y fortalecer el sistema inmunitario de los niños
Refuerza las defensas de tus hijos con hábitos saludables, higiene de manos, alimentos ricos en vitaminas y abrigo sin excesos
Cuando bajan las temperaturas y aumentan los virus, nuestros hijos pueden acabar contagiándose de cualquiera de las enfermedades típicas de invierno: gripes, resfriados, bronquitis, faringitis u otras más graves como la neumonía.
Al contrario de la creencia popular, el frío no es el único causante del aumento de enfermedades respiratorias en otoño e invierno. Lo cierto es que también influyen otros factores, como por ejemplo que el sistema inmunológico de los niños no está lo suficientemente maduro, por lo que son más sensibles a los cambios de temperatura y presentan un mayor riesgo a contagiarse. Además, su respiración es a través de la boca principalmente, así que no cuentan con las barreras de defensa natural de la nariz.
La buena noticia es que existen hábitos diarios al alcance de nuestro día a día que les ayudan a blindarse frente a los virus. Desde la higiene de manos hasta una dieta llena de vitaminas, pasando por un aire saludable en casa pueden ayudar a reforzar sus defensas de forma natural. ¡Descubre las medidas fundamentales contra las enfermedades!
1. Higiene de manos para evitar la transmisión de virus
Un gesto tan sencillo como lavarse las manos con agua y jabón es uno de los más potentes para proteger la salud de los niños. De hecho, las posibilidades de desarrollar una enfermedad respiratoria aguda se reducen casi un 30%.
En el contexto infantil, esto significa enseñarles los momentos clave para hacerlo: antes de comer, después de jugar con otros niños, tras estornudar o toser, y al volver del colegio o la guardería. Explicarles de forma sencilla que esos microorganismos invisibles se quedan en las manos y de ahí pasan a la nariz o la boca.
La doctora Adelaida Sánchez Bacallao, jefa de Pediatría y sus Áreas Específicas del Hospital Quirónsalud Marbella
, recuerda que la limpieza de forma periódica de las manos del pequeño es tan importante como el lugar de juego en el que disfrutan, ya que "constantemente los bebés y niños pequeños se llevan las manos a la boca".
Además, hay que recordarles que no deben compartir vasos, platos, cubiertos, toallas o chupetes. Pequeños hábitos, grandes defensas.
2. Dieta rica en vitaminas
La alimentación ayuda a mantener el sistema inmunitario en buen estado de forma natural. Debe ser variada y equilibrada, priorizando frutas y verduras ricas en vitaminas A y C, que son esenciales para las defensas, como los cítricos, limón, naranja o mandarina, y verduras de hoja verde oscura.
En el caso de los bebés que aún están en lactancia materna, conviene mantenerla el máximo tiempo posible; lo ideal es hasta los seis meses. La leche materna estimula las defensas naturales y protege frente a infecciones. A partir de la introducción de alimentos sólidos, también debemos incluir otros alimentos saludables como la fruta, las verduras o el pescado.
Otra recomendación para los niños de 0 a 2 años es evitar las bebidas muy frías, y en su lugar optar por agua, caldos o zumos naturales a temperatura ambiente. La hidratación es fundamental.
3. Abrigarse, pero con cabeza
Un error muy común en invierno es abrigar de más a los pequeños. Los pediatras de Quirónsalud recuerdan que un exceso de ropa puede ser contraproducente, ya que impide al cuerpo regular su temperatura y transpirar correctamente.

El truco está en vestirles por capas, con tejidos naturales como el algodón, que deja respirar la piel y evita irritaciones o alergias. La lana, en cambio, puede acumular polvo y resultar irritante para las vías respiratorias.
Los pediatras señalan que dentro de casa es preferible no abrigarles demasiado. Si sudan y luego salen a la calle, sufrirán el contraste de temperatura con el frío.
4. Ventilar y evitar multitudes
El aire limpio es un gran aliado para las defensas. Los pediatras aconsejan ventilar la casa cada día al menos 10 minutos, preferiblemente por la mañana, para renovar el aire.
También es recomendable evitar aglomeraciones o espacios cerrados con muchas personas que pueden favorecer la transmisión de virus como el de la gripe. Además, el aire debe ser libre de humo de tabaco. Los pediatras son claros al respecto: no debe fumarse en casa ni en espacios cerrados donde haya niños, ni siquiera junto a ventanas abiertas.
5. Evitar el contacto con personas enfermas
Parece obvio, pero en la práctica no siempre se cumple. Cuando alguno de los miembros de la familia tiene gripe u otra enfermedad contagiosa, se deben extremar las precauciones:
- Evitar besos y contacto directo.
- No compartir utensilios ni juguetes durante esos días.
- Enseñarles a toser y estornudar cubriéndose con el codo y no con las manos.
Si el niño tiene síntomas de alguna enfermedad respiratoria infecciosa, lo más conveniente es que se quede en casa. De esta forma se recuperará antes y reducirá el riesgo de contagiar a otros compañeros en la escuela o la guardería.
6. Otras medidas para proteger a los peques de resfriados y gripe
- Enseñar a toser y estornudar al codo, no a la mano.
- Mantener la vacunación al día, incluida la de la gripe cuando esté indicada por pediatra.
- Limpiar juguetes, superficies y ambientes que los niños tocan frecuentemente.
- Hidratar bien la piel, para evitar irritaciones u otras lesiones cutáneas a causa de la sequedad ambiental.
- Abrigarles en capas, lo que facilita quitar alguna de ellas en caso necesario para evitar cambios bruscos de temperatura entre el interior y el exterior.
- Evitar abrigos de lana o prendas que puedan irritar las vías respiratorias.
- Optar por una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y proteínas.
Con gestos tan simples como ventilar, hidratar, alimentar y enseñarles buenos hábitos de higiene, ayudamos a proteger el sistema inmunitario de los más peques, para que sean capaces de enfrentarse a los virus del invierno sin miedo.
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