Las claves para prevenir las típicas enfermedades de verano
Aprende a detectar y prevenir las dolencias infantiles más frecuentes durante las vacaciones: otitis, quemaduras solares o diarrea
Cuando pensamos en verano, se nos viene a la cabeza la imagen de nuestros peques jugando en la playa, buceando en la piscina o disfrutando de un helado a la sombra. Entre tanta actividad veraniega, también aparecen, con más frecuencia de la que nos gustaría, ciertas enfermedades o dolencias propias de esta época del año. No es para entrar en pánico, pero sí para tomar nota.
Desde los hospitales Quirónsalud Zaragoza y Quirónsalud Bizkaia nos recuerdan que la prevención es la mejor estrategia para disfrutar del verano con nuestros hijos sin visitas inesperadas a urgencias. Aquí te dejamos una guía práctica de las molestias estivales más típicas en la infancia, para saber qué esperar y cómo actuar.
1. Otitis externa en la infancia
A los peques les encanta bañarse, nadar y bucear. Pero, si les entra agua en los oídos, podrían sufrir una otitis externa, una infección muy común en verano, especialmente entre la población infantil, aunque los adultos no se libran.
¿Cómo prevenir la otitis en los niños? El doctor Jorge Alfaro García, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Zaragoza, nos señala las medidas más importantes para proteger los oídos de los peques en verano:
- Utiliza tapones específicos al bañarte.
- Evita meterte objetos al oído.
- Seca muy bien los oídos después de cada baño.
- Evita el uso de bastoncillos. En lugar de limpiar la cera, la desplazan hacia dentro y causan taponamiento.
Y si, aun con estos cuidados, tu hijo se queja de dolor, secreción, picor o taponamiento en el oído, no lo dejes pasar: toca visita al especialista en Otorrinolaringología o Pediatría y sus Áreas Específicas. La doctora Jennifer Cueva Díaz, especialista en Otorrinolaringología del Hospital Quirónsalud Bizkaia, nos explica que la otitis se puede tratar con unas gotas con antibiótico y, en algunos casos, corticoides para reducir la inflamación. ¡A seguir disfrutando!
2. Cistitis: cuidado con los bañadores mojados
Esa costumbre de pasar la tarde entera con el bañador húmedo puede propiciar infecciones urinarias como la cistitis. Por esta razón, se recomienda cambiar el bañador mojado cuanto antes, sobre todo si los niños ya han salido del agua.
Mantener una buena hidratación, no aguantarse las ganas de orinar y evitar los trajes de baño muy ajustados o que favorecen la humedad son otras medidas fundamentales para prevenir la cistitis en la infancia.
3. Conjuntivitis: ojos rojos e irritados
Sí, los ojos también sufren en verano. Entre el cloro de la piscina, el salitre del mar y el sol, las conjuntivitis pueden hacer su aparición, llegando a contagiarse entre hermanos o incluso de peques a padres.
Entre los trucos para evitar esta enfermedad infantil en verano se encuentran:
- Usar gafas de buceo tanto en el mar como en la piscina.
- Utilizar gafas de sol, así como gorras para proteger los ojos.
- No compartir toallas entre los miembros de la familia.
- Lavarse bien las manos.
Si detectas que tu hijo tiene picor, irritación, enrojecimiento o secreción en los ojos, puedes comenzar con lavados usando suero fisiológico. En el caso de que no mejore, lo más conveniente es acudir al especialista en Pediatría y sus Áreas Específicas para su valoración.
4. Quemaduras solares en la infancia
Proteger la piel de los peques de la radiación solar es clave. Sin embargo, pese a las recomendaciones, las quemaduras solares siguen siendo muy frecuentes, por lo que es importante no bajar la guardia en cuanto a la fotoprotección, tanto en adultos como en niños.
La doctora Paula Bergua Rueda, especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología del Hospital Quirónsalud Zaragoza, recuerda que las cremas protectoras deben tener un factor solar de 50.
5. Impétigo: ese sarpullido que parece inofensivo
La doctora Raquel Fernández Martínez, jefa del servicio de Pediatría y sus Áreas Específicas del Hospital Quirónsalud Bizkaia, nos explica que es similar a un granito, herida o ampolla pequeña, pero después se hace más grande y toma el aspecto costroso o de herida húmeda con una costra amarillenta.
Si te suenan estos síntomas, probablemente sea impétigo, una infección cutánea muy común en verano que suele localizarse alrededor de la nariz o la boca de los niños y en brazos y piernas.
La prevención básica del impétigo durante las vacaciones infantiles consiste en lavarse las manos con frecuencia, desinfectar bien heridas o rozaduras y, si el peque ya tiene estas lesiones, acudir a consulta para que el especialista prescriba el tratamiento con antibióticos tópicos u orales.
6. Corte de digestión o hidrocución, muy grave en niños pequeños
El corte de digestión existe y, de hecho, es muy común en verano, especialmente entre los peques. No se relaciona tanto con el tiempo que hay que esperar después de comer, sino con los cambios bruscos de temperatura corporal.
Para evitar el corte de digestión en los niños, es importante enseñarles medidas básicas como:
- Refrescar la piel antes de meterse en el agua.
- Entrar en el agua lentamente y poco a poco, sobre todo después de las comidas copiosas.
- Evitar las exposiciones solares demasiado largas o en las horas centrales del día.
- Beber gran cantidad de agua, tanto bebida como en forma de frutas y verduras.
7. El pie de atleta también afecta a los niños
Se trata de una enfermedad causada por un hongo, que generalmente aparece en los dedos de los pies y se caracteriza por causar sensación de picor, quemazón y ardor.
Para evitar su contagio, se aconseja secar bien los pies después del baño, mantenerlos hidratados, cambiar los calcetines si están mojados y no caminar descalzo en duchas públicas o vestuarios.
8. Diarrea veraniega en los peques
Los cambios de alimentación y el calor pueden alterar la salud gastrointestinal. Si tu hijo empieza con deposiciones blandas o líquidas continuas, podría ser indicio de diarrea veraniega, una enfermedad originada por infecciones víricas, bacterias o parásitos.
Por lo general, los episodios de diarrea se resuelven por sí solos en pocos días. En estas situaciones, la doctora Fernández recomienda ofrecer líquidos con frecuencia, sobre todo tras cada deposición diarreica. "En casos más intensos, con deposiciones líquidas abundantes, se aconsejan las soluciones de rehidratación oral, lo que conocemos como suero oral de farmacia", matiza.
Igualmente, puedes dar de comer a los niños sin necesidad de recurrir a dietas especiales, y, si no tienen apetito, no les obligues a comer. La única recomendación es evitar comidas muy grasas o con alto contenido en azúcar.
9. Golpe de calor: más peligroso de lo que parece
Los más pequeños, sobre todo de menos de 4 años, son muy vulnerables al golpe de calor. Se caracteriza por provocar un aumento excesivo de la temperatura corporal y sus consecuencias pueden ser muy graves.
Los padres deben estar atentos a las señales de alerta del golpe de calor en los niños para actuar lo antes posible. Sus síntomas más habituales son fiebre de más de 40º, mareos, vómitos, dolor de cabeza, irritabilidad y, en casos graves, pérdida de conciencia.
El verano es para disfrutar, relajarse y vivir experiencias memorables en familia. Siguiendo estas medidas de prevención, podemos evitar muchos disgustos. Y, en caso de detectar cualquier indicio de estas enfermedades veraniegas en los más peques, lo mejor es contactar con los especialistas para tratarlas lo antes posible.

Orientador de salud personal
¿Necesitas más información sobre esta prueba o tratamiento? Tengas o no seguro médico, nuestros equipo de expertos de Quirónsalud te ayudarán de forma gratuita.
© 2025 Quirónsalud - Todos los derechos reservados