Depresión estacional: síntomas, causas y prevención
Recomendaciones para cuidar la salud mental y evitar el trastorno afectivo estacional
¿Sabías que el cambio de estación puede influir en nuestro estado de ánimo? Cuesta más levantarse por las mañanas, el cansancio se hace más presente y nos falta energía para afrontar el día. Para entender por qué ocurre y cómo podemos prevenirlo, hablamos con el doctor Alberto Bullón Sáez, jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo
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El especialista nos explica qué es el trastorno afectivo estacional o TAE y qué hábitos pueden ayudarnos a mantener la salud mental en equilibrio cuando bajan las temperaturas y las horas de luz. En otoño, cuidar la mente es tan importante como abrigarse.
¿Por qué parece que en otoño aumentan los casos de depresión o ansiedad?
El otoño suele asociarse con un cierto bajón emocional, y eso tiene una base biológica y ambiental. Al reducirse las horas de luz solar se alteran los ritmos circadianos, que regulan el sueño y otras funciones fisiológicas.
Además, la menor exposición al sol disminuye la producción de serotonina, una sustancia clave para sentirnos bien, y aumenta la melatonina, la hormona que favorece el descanso. Todo esto puede provocar síntomas depresivos o ansiosos, sobre todo en personas con cierta predisposición genética a la ansiedad o la depresión.
Otros factores que empeoran la salud mental en otoño e invierno
El estado de bienestar psicológico se puede ver alterado por las siguientes causas:
- Menos horas de luz natural
- Cambios en el ritmos circadianos
- Bajada de temperaturas
- Menos horas dedicadas a actividades de ocio o al aire libre
- Cambios en la alimentación o en la actividad física
Síntomas del trastorno afectivo estacional

Esta forma de depresión, también conocida por sus siglas TAE, ocurre de manera cíclica en otoño e invierno. Este trastorno mental estacional altera el estado de ánimo, generando los siguientes síntomas:
- Tristeza
- Cansancio y falta de energía
- Trastornos del sueño o somnolencia
- Alteraciones en el apetito, incrementando el consumo de carbohidratos, lo que puede derivar en ganancia de peso
- Dificultad para concentrarse o realizar tareas diarias
- Irritabilidad
- Aislamiento social
A quién afecta más la depresión estacional
Este trastorno afectivo estacional puede afectar aproximadamente al 10 % de la población con el cambio de estación, siendo el doble de frecuente en mujeres que en hombres. Suele aparecer entre los 20 y los 35 años, y su incidencia tiende a disminuir con la edad.
¿Qué papel juegan los factores psicológicos y el estilo de vida?
El aislamiento social, el estrés por los cambios de rutina o la disminución de la actividad física pueden agravar el malestar emocional.
Cuando dejamos de hacer ejercicio o disminuimos el contacto con amigos y familia, se alteran procesos hormonales y neurológicos que afectan a nuestro ánimo. En definitiva, el cuerpo y la mente necesitan movimiento, luz y vínculos sociales.
Además, el estrés crónico se asocia a un agravamiento de los síntomas depresivos y ansiosos debido al aumento de cortisol que provoca este trastorno.
Hábitos sencillos para evitar la depresión estacional
Entre las medidas que ayudan a sentirnos con mejor ánimo y cuidar nuestra salud mental se incluyen:
- Salir a la luz del día siempre que se pueda
- Realizar ejercicio con regularidad
- Seguir una alimentación equilibrada, rica en omega-3 y baja en azúcares refinados
- Fomentar el contacto con otras personas y no aislarse
- Respetar los horarios de sueño
- Establecer metas pequeñas en las tareas para mantener la motivación
Y, sobre todo, si los síntomas persisten o empeoran, no hay que esperar ni restarles importancia. Pedir ayuda profesional en la consulta de Psicología o Psiquiatría puede evitar un agravamiento de la salud mental por estas causas.
Preguntas frecuentes sobre la depresión estacional y salud mental
Entre las dudas más comunes relacionadas con el trastorno afectivo estacional se encuentran:
¿El trastorno afectivo estacional ocurre en primavera y verano?
Esta forma de depresión mejora en primavera y verano, y surge en otoño e invierno. De hecho, se relaciona con la falta de luz solar y los cambios hormonales y de rutina que eso implica.
¿En verano el riesgo desaparece o hay otros retos para la salud mental?
La depresión estacional es cíclica y aparece con la llegada de otoño. No obstante, el verano también tiene sus desafíos, sobre todo para adolescentes y personas mayores. Las altas temperaturas, los cambios de rutina o las expectativas sociales pueden generar estrés, ansiedad o alteraciones del sueño.
¿Cómo saber si lo que tengo es tristeza pasajera o depresión estacional?
Si los síntomas (cansancio, apatía, sueño excesivo, irritabilidad, falta de concentración o aumento del apetito) son persistentes y afectan al día a día, conviene acudir a consulta de Psicología y Psiquiatría para una valoración.
¿Hay personas con más riesgo a sufrir esta depresión estacional?
Existe una predisposición genética que puede aumentar el riesgo de sufrir trastornos de ansiedad y depresión. Según los estudios, algunas personas podrían presentar alteraciones en los transportadores de serotonina o ciertos polimorfismos genéticos con el sistema dopaminérgico, lo que podría hacerlas más vulnerables a los cambios durante el otoño.
¿Cómo afectan los resfriados a la salud mental?
Durante el otoño y el invierno, el sistema inmunológico se activa con más frecuencia frente a infecciones como los resfriados o la gripe. Esta respuesta favorece la producción de citoquinas proinflamatorias, sustancias que pueden alterar los niveles de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Ese desequilibrio puede agravar los síntomas de ansiedad y depresión.

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